miércoles, 26 de enero de 2011

Peut être.

Yo que creía que no iba a salir del hoyo y mírame. Sonrío a todas horas, no me acuerdo de ti ni un segundo. Hasta puedo decir que se me ha olvidado el color de tus ojos. Y tu sonrisa. Y tu olor. Ese que creo que me gustaba bastante. Ahora tengo otros ojos. Son los suyos y son de mil colores. Me contagia y hace que vea las cosas de colores. Ahora todo es más bonito. Diferente. Ahora me levanto pensando en él, me duermo pensando en él, y si me desvelo a mitad de la noche ya sabes en quien pienso. Busco su sonrisa a la vuelta de la esquina, y, a veces, está ahí. Consigue que las horas pasen deprisa. Muy deprisa. Tanto que ni me doy cuenta. Pero os voy a decir una cosa, no quiero quererlo. No. Tengo miedo. Mucho, mucho miedo.


miércoles, 19 de enero de 2011

Claro que sí. Quizá lo que esté haciendo no sea lo más correcto, pero, ¿y qué?. Nadie hasta el momento ha pensado mucho en mí; así que ahora toca disfrutar. Vivir la vida. Pero con cabeza. Es ahora cuando vuelve la ilusión, y con ella el miedo. Miedo de volver a sentir y que vuelvan a hacer lo mismo. A romper hilos. A romper sentimientos. Sé que lo de usar y tirar no está muy de moda, pero ahora es lo que toca. Ahora toca lo de quiéreme un ratito y después si eso hablamos. Con un poco de calor por medio. Y que vuelvan los recuerdos. Y que sonría con ellos y me acuerde de todos los momentos anteriores, pero con olvido también. Y sin rencor. Que llegue ya el momento.

viernes, 14 de enero de 2011

A un paseo.

Al otro lado de la colina todo es mucho mejor. Los colores son más vivos, la gente ríe a carcajadas, la música es más bonita, a los niños les llega la sonrisa de oreja a oreja y a los mayores no les pesan los años. Aquí, en este lado todo es más difícil, o, mejor dicho, nosotros lo hacemos más difícil. Nos complicamos la vida sin necesidad, hacemos nudos imposibles y tratamos de averiguar cosas que ni siquiera existen. Todo es mucho más fácil. Más sencillo. Se trata de tener a alguien con quien puedas caminar de la mano, a quien puedas contárselo todo, esa persona con la que puedes hablar y hablar y nunca cansarte de su voz. De esas que te despiertan con un simple "buenos días" y un beso. O esas que te miran y hacen que no puedas hablar; esas que te bloquean sólo con la mirada. Pero yo, precisamente, he perdido a esa persona por el camino, así que ahora lo que debo hacer es cruzar el valle, y cuando vea brillar un poco más la luz del Sol, entonces estaré en ese sitio, al otro lado de la colina. Desde allí os hablaré y os contaré como es todo. Invitaré hasta a mi peor amigo a estar un ratito, incluso a quedarse. Allí no existe la palabra no, no existe la tristeza, ni las lágrimas, ni los monstruos de los sueños, ni ninguna de esas cosas feas.
¿Vienes?



martes, 11 de enero de 2011

Así, sin más.

Ni blanco, ni negro. Todo depende con el color de ojos que lo mires, y los suyos, hasta el momento eran verdes . Hasta el momento. Quizá él ni se acuerde del color de los míos, pero que importa ya. Antes era Él, ahora simplemente es él. Sin más.
Hay veces que me pregunto porque tuvo que ser así. Egoísmo. Egoísmo puro y duro. Y ceguera también. Y a veces, incluso, hasta sordera. Échame de menos de vez en cuando. Piensa en mí. Repítete una y otra vez mi nombre en tu cabeza. Acuérdate de mis besos. De mis abrazos. De las noches frías y del calor de los dos. De mis tonterías y mis ganas de vivir. De vivir, pero contigo. Sólo eso, acuérdate. Recuerda. Llegará el día que nos veamos y nos saludemos como dos personas normales, sin el rencor ni el odio que ahora existen en nuestras miradas. O, que por casualidad nos encontremos en cualquier bar de esos oscuros, donde sólo encuentras a personas mayores solitarias, con la mirada triste, la copa de coñac en una mano, el periódico en la otra, y el cigarrillo casi caído entre los labios. Me pregunto qué pensarán entre calada y calada. Quizá sin darnos cuenta tengamos un café por medio o la mesa llena de copas. Ebrios de nostalgia. Ebrios de palabras. Entre risa y risa recordaremos cada detalle de nuestra pequeñita historia. Cada bache y cada montaña juntos. Pero serán sólo eso, risas. Sin más. Cuando caiga la noche nos despediremos. Indecisos. Quizá un largo abrazo sea lo mejor para que nuestra memoria recuerde qué sentíamos hace tiempo al hacerlo. La piel se me pone de gallina, pero me tengo que despedir de ti. Así, sin más.

domingo, 9 de enero de 2011

Maybe.

Quizá haya que cometer millones de errores para saber como acertar. Quizá haya que tropezar con la misma piedra infinitas veces para darnos cuenta que no es eso lo que nos hace bien. Quizá nos caigamos mil y una vez, pero entonces habrá alguien que nos ayude a levantarnos. Quizá nos equivoquemos de persona. Quizá digamos palabras que creemos que no van a llegar a ningún sitio, o quizá digamos palabras que lleguen demasiado lejos, de esas que hieren sin darnos cuenta. Quizá no hagamos algo por miedo; pero el miedo, es de cobardes. Quizá un día cualquiera nos levantemos sin ilusiones ningunas y por sorpresa, sea uno de los mejores días de nuestras vidas. Quizá te tires toda la vida buscando al hombre perfecto y el día menos pensado te lo encuentres en la esquina...
Quizá..
Quizá..
Quizá...
Quizá...


miércoles, 5 de enero de 2011

It's getting dark, too dark to see.

Vuelves para marcharte. Me das un soplo de vida durante unas horas. Sólo unas horas. Lo suficiente para que mi sonrisa de tonta vuelva a nacer. Quédate un rato conmigo. Si sale mal no lo intentaremos más veces. Date a ti mismo una oportunidad. Prométete a ti mismo que todo saldrá bien, que no será como antes. Se acabaron las discusiones. Prometido. Pero vuelve. La mitad del invierno ha sido más frío sin ti. Volvamos a disfrutar de la segunda mitad del invierno juntos, de la primavera, del verano... Juntos. Como lo hemos hecho hasta hace nada. Recuerda el 1, 2, 3 del pasado febrero, el primer te quiero en mayo, junio y los altibajos. Parece que todo se ha congelado. Me despierto cada mañana pensando que tendré un mensaje de buenos días. Buenos días, Princesa. Y de buenas noches. 
 Sueño contigo. Estás en el sofá. A mi lado. Me pones uno de esos canales que tanto odio pero que cuando te vas echo de menos. Sigues a mi lado. Me robas un beso. Y otro. Y otro. Y otro más. Me acurrucas en tus brazos para no tener frío y me dices que te quedarás para siempre. Que me quedaré para siempre entre tus brazos. Es ahí cuando despierto y veo que no estás a mi lado, que me escapo de mi nido y que cada vez estás más lejos de mí. No consigas alejarme nunca. No le pidas imposibles a la vida. No le pidas que te deje de querer.
F.



lunes, 3 de enero de 2011

Felices 18.

Sí, son ellas quienes cumplen hoy 18 años. Llevo poquito tiempo con ellas, cuestión de año y medio pero se han hecho imprescindibles. Son ellas quienes han aguantado mis despertares seis días. Son ellas quienes pasan los días en clase conmigo. Parte de los fines de semana. Parte de mi vida. Que sean muchos los que cumpláis conmigo. Que cuando tengáis 81 podamos verlos juntas. Disfrutarlos como nada en esta vida. Darles uso. Reír con ellos. Llorar. Saltar. Gritar. Amar. Pero sobretodo hacerlo a mi lado.
Os quiero.

Si veis que son un poco iguales, es que son gemelas :)